La sinfonía comenzó cuando el rey finalmente termino su recorrido; ya cansado se desplomo lentamente lejos de cualquier ojo mortal, mañana le esperaba un día de trabajo igual de arduo.
Ya con el candido toque de su majestad lejos, el enamorado se vestía para la ocasión, hoy se encontraría con su amada y debía ser especial.
Comenzó con teñir sus ropas claras con tintes más oscuros y elegantes mientras pequeños espectadores, que acudieron sobre la hora, se posan dándole al joven pequeños botones de luz efímeros y encantadores.
Con prisa comienza su camino hacia la orilla de una playa, donde los amantes se reencuentran, ella encantadora con un vestido largo y oscuro se abalanza abrazándole con tanta pasión que se vuelven uno hasta el próximo arribo.
En silencio y sin llamar la atención se alza una blanca doncella, quien fresca y educada cuida de ellos y avisa de la llegada del gran rey, quien cuida con celos de su hija.
El tiempo se desvanece rápidamente para ellos y es momento de despedirse indica la guardiana, con tristeza ambos firman con un beso la promesa de reencontrarse nuevamente
"¿Ahora entiendes mi discípulo?, mientras te encierras entre libros para buscar la poesía, yo solo camino y me dejo encontrar por ella"