El foso, Día 7
Se había cumplido una semana desde
que el mundo y todo su contenido habían sido arrebatados súbitamente de Thomas y lo habían arrojado a una celda
para padecer ,ignorante de su destino y sus pecados, el peor de los tormentos: ser olvidado
El paso de los días castigaba
constantemente al pobre noble con nuevas torturas, en esos momento no solo
comenzaba a sentir la presión del tiempo, la rutina y el desamparo, sino que
también luchaba contra la soledad y la incertidumbre que, en conjunto,
comenzaban a derrumbar poco a poco los pilares de cordura que aun se sostenían
en pie dentro de su mente. Hacia poco su cabeza comenzó a jugarle extrañas
jugarretas, a menudo mientras saciaba su hambre con esas sopas horribles podía
jurar que sentía el respirar lento y profundo del viejo Jack detrás suyo, como siempre fue, asistiéndolo, esperando para rellenar
su copa con mas vino o para levantar la mesa; pero entre todas las ilusiones la
mas cruel sucedía por las noches antes de dormir, cuando el sueño comenzaba a
tomarlo en brazos para alejarlo de la cruel realidad podía jurar que sentía los
suaves labios de su amada, Eva,
despidiéndolo para siempre, como si ella prefiriera que ,ante tanto sufrimiento,
seria mejor para su amado pasar todo la eternidad en ese lugar onírico que
mezclaba el pasado y fantasías, donde podía sentir una completa seguridad. Pero
nada era seguro y llegado el momento hasta los sueños comenzaban a traicionarlo
cambiando a veces su contenido, del dulce pasado por el presente, cruel, frió y
cercano.
El estado físico y mental de Thomas era deplorable, no solo su mente se
encontraba algo deteriorada sino que la piel comenzaba a pegarse sobre sus
huesos y podía sentir las costillas marcándose sobre su torso; con el fin de
mantenerse ocupado había comenzado a aceptar poco a poco su papel de prisionero
incursionando en las tareas típicas de un reo: marcar en la pared los días
transcurridos, ocasionalmente conversaba consigo mismo en voz alta para no
perder la cordura o intentaba atraer algún pequeño roedor con los restos de pan
que le sobraban. Pero lo que mas padecía era la aislamiento, muy pocas veces se
acercaba que algún carcelero para traerle comida o bebida y nunca
intercambiaban palabra alguna con él; todos eran hoscos y brutos por naturaleza,
pero sumado a ello había algo extraño, talvez parte de sus ordenes eran no
entablar contacto alguno con ese recluso en particular. Esa era una idea que
daba vueltas sobre la cabeza de Thomas
y no estaba dispuesto a olvidarla, así que esa misma madrugada aprovechando la
visita del guardia que solía dormir siestas en la habitación cerca de su celda,
y siendo de esperar su despertar cerca de la mañana, el prisionero lo aguardo
despierto para indagar al carcelero.
-
“Me he cansado de
negarlo, gritar, desesperar y renegar. Pero eventualmente lo acepté, soy un prisionero
y al parecer mi destino se encuentra atado a este lugar; ahora te pregunto buen
hombre, ¿que puedo hacer yo para lograr que mi estadía en este lugar sea menos
horrible?” mencionó de manera casual, sin quitarle los ojos al guardia
-
“Lo siento, pero
hay ordenes precisas. No puedo hacer nada más por ti que alcanzarte algo de
alimento; ni siquiera se me permite oficialmente permanecer dentro de esta
celda”
- “No estoy pidiendo nada en
particular. ¿Sabes?, mis amigos y familiares seguramente estén buscándome en
estos momentos y seguramente tarde o temprano momento den conmigo. Una carta
con mi ubicación seria muy bien recompensada por mi familia.” Otra vez
clavo la mirada en su interlocutor, pero nuevamente no sintió nada. Había algo
que lo mantenía firme su convicción y podría asegurar que no era una buena paga
ni una ciega lealtad sino algo mas frió y cruel.
- “Jejeje entiendo a donde quieres llegar, pero
te estas equivocando. Este lugar no es una cárcel común, muchacho. No por nada
se la conoce como el foso de las almas, apuesto
que en tu vida has escuchado el nombre Frulghod y no es por que no hayas vivido
lo suficiente, podría apostarte que recorrerás todas las tabernas del reino y no
habrá una sola alma que podrá decirte a que le corresponde ese nombre o su
ubicación.”
Thomas se tomo unos segundos
para pensar, necesitaba ordenar esas palabras junto con todo lo que había
vivido hasta el momento. Había una lógica, un orden y un patrón para todo eso,
para su sorpresa le tomo menos de lo esperado acomodarlas las piezas del
rompecabezas.
- “No puedes hablar
oficialmente conmigo, me encuentro en una prisión secreta y oculta encerrado
bajo cargos que nunca cometí, mi familia nunca será informada de mi destino. Eso
significa que… ¿soy un preso político?”
- “Eres listo muchacho, talvez el uso de esa
astucia sobre las personas equivocadas
fue la razón que te trajo aquí. Eventualmente lo descubrirás, te dejaré solo
con tus pensamientos.” Dijo dejando así un largo silencio en la sala, mientras
el guardia comenzó a tomar sus cosas e hizo ademán de retirarse Thomas sentía el fuerte peso de las
palabra sobre su espalda. Decidido a averiguar algo más demoró la salida del
carcelero una vez más.
- “Alto, no te vayas.
Respóndeme, ¿Qué queda de mi entonces?
-
“Resignarte y comportarte son tus únicas opciones,
talvez así puedas pasar el resto de tus días viviendo aquí tranquilo. Con los
años es posible que llegue un momento, cuando todo aquel que te conozca, te
haya amado u odiado estén todos muerto, y recién ahí cuando sus descendientes
no recuerden tu nombre y tu existencia no haya sido mas que una gota mas en el
mar; talvez allí , si aun estas vivo, se te permita volver al mundo”
-
“Pareces sincero,
si este presente es el que esta condenado a ser mi futuro me siento tentado a
ignorarlo eligiendo así por mi propia voluntad la liberación a manos de la
muerte, menos cruel y mas misericordiosa que este destino trazado por los
hombre”
- “Créeme que tu vida vale algo aun, sino
seguramente ya estarías muerto” pero estas palabras llegaron muy lejanas, el
prisionero aun no tenia las respuestas a todas sus preguntas y aun la incógnita
sobre el prendedor encontrado en su celda y el dueño de él representaban la
pieza faltante que talvez lo devolverían a la vida una vez mas.