Y así de repente me encontré despierta en el más grande de mis sueños.
Todo al principio era confuso, no existía explicación pero yo estaba ahí, semiconsciente frente a ese mundo confuso y carente de sentido. Por un tiempo solo me limite a observa: Hechos y personas paseaban bajo la gran bóveda, atados en circunstancias sin razón como marionetas de hilos enlazados, caras nuevas y olvidadas y sentimientos ajenos a mi, extraños o talvez perdidos en algun tiempo pasado. Luego de ello sucedio en un instante, donde la ignorancia y el saber brotan juntos, que mi alma ardio con la fuerza de una pira cuando la primera gota cayo sobre mi rostro, el cielo comenzaba a lloraba lágrimas de cera hirviendo. Quieta me mantuve, esperando el inminente dolor expectante y ansiosa, pero nunca llego; esa ausencia fue como el viento atravesando las hojas: Instantáneo pero a pesar de ello, eterno; aquella fue la pieza final que le dio sentido al rompecabezas delante mió.
Al poco tiempo comprendí todo, fue cuando mi conciencia tomo el control y el mundo se volvió mi esclavo. Desenterré montañas y prados para pintar el mundo a gusto, volé por los cielos como ninguna ave lo había hecho jamás y dibuje estrellas tan brillantes que llenaron completamente la noche mientras experimentaba maravillas ajenas a los 5 sentidos; realmente no existió ser mas libre y feliz sobre la tierra. En un pestañar me volví la dueña y soberana de todo y todos, siendo mi palabra ley, reinando por eones sobre mi creación hasta estar completamente satisfecha y retirarme a descansar sobre la cúpula estelar y observar mi obra; pero como todo imperio, el mió no era la excepción y estaba irremediablemente destinado a caer
Un día como otros, sin previo aviso ni señal, el cielo se abrió dejándome caer y de la tierra surgieron cadenas hambrientas que me ataron volviendo irremediable el violento encuentro contra el suelo, almenos aun recuerdo esa ultima imagen sobre mi creacion
Ahora me encuentro sentada sobre una cama en una vieja habitación, “He venido a salvarte princesa, venci al dragon y rompí la maldición que te aprisionaba en esa eterna pesadilla; no temas, aquí esta tu salvador” dices con una sonrisa en tu boca pero sobresaltada yo respondo “¿Y ahora que esperas? ¿Quieres que te agradezca? ¡¡Pues eso nunca sucederá, al contrario, te maldigo estupido caballero, carcelero de mi alma libre!!”.
Débil y perdida en esta enorme torre me encuentro, añorando mi paraíso perdido y reducida nuevamente a un simple mortal, no creo que me queden fuerzas para levantarme pero tampoco tengo el valor de tomar mi vida con el frió cuchillo.
Triste y sola lloro a mares, mientras comprendo que ,nuevamente, me encuentro condenada a vivir
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