Una nueva noche alcanzaba a la infame capital, esta vez regalándole un cielo claro y limpio cubierto de puntos destellantes y un innatural brillo de la dama blanca. Curiosa esta bendición que, contrastando completamente con el espíritu de constante demencia que rodeaba la ciudad, al mirar hacia firmamento le devolvía un ápice de esperanza a los pobre seres que habitaban allí.
Hielos solitarios que colgaban de los artilugios de desagüe en cada casa morían para volverse gotas que yacían frías y quietas uniéndose en sucios charcos en las aceras, triste representación que también alcanzaba como analogía para describir los trabajos de las ambulancia recogiendo a los “sin casa” que no sobrevivieron al temporal. Estos dos eventos eran ineludibles, marcando el final de la temporada más cruel para algunos
No muy lejos de estos suburbios en un hotel de calificación “Dos estrellas y media”, Aléïn descansaba en un deshilachado colchón. Poseía el dinero para hospedarse como una reina, en una habitación amplia rodeada de perfumes y agradables colores pero hace un largo tiempo descubrió que no debía alejarse demasiado de la realidad, de esas calles salvajes que la forjaron y la volvieron el depredador que en verdad era tras ese hermoso rostro. Ahora se encontraba descansando enredada entre sabanas
El sueño, cual logro conciliar luego de un día agotador recién después de horas dando vueltas en la cama, fue interrumpido súbitamente por un largo y delgado haz de claridad quien se escurrió entre la persiana y término sin piedad dando de lleno en su rostro. Pese a que la noche anterior se encontró con un trabajo que parecía simple para una persona con su experiencia un evento inesperado complico la misión. Exhausta y cansada intento ignorar el llamado de la noche, la cual por ahora se conformaba con hacerle notar de manera brusca pero inofensiva que la requería, pero su descanso termino cuando escucho un incesante sonido que provenía de una esquina, mas precisamente de sus ropas. Con pereza alejo las sabanas y avanzo hacia el perchero y, hundiendo su mano en el bolsillo del abrigo que habitualmente viste, tomo su celular para atender la llamada
-
Buenas Noches mi princesa, Gabriel del otro lado”
Buenas Noches mi princesa, Gabriel del otro lado”
- “¿Que demonios quieres ahora?” respondió Aléïn con esa
voz entrecortada y extraña que se encuentra al recién despertarse y potenciada
por las malas condiciones que tuvo que pasar
- “Hey, ¿Esa es manera de tratar a tu socio? parece que has tenido una
mala noche. Déjame adivinar, tomaste el trabajo del jefe de “Maratonic
international” y la jodiste. He visto las noticias sobre su muerte y el de su
esposa, y como la policía encontró a su pequeño de 6 años con vida y pensé:
“¿Que clase de asesino profesional aun conserva algo de decencia?” y Abracadabra,
apareciste en mi mente” un tono burlón filtraba su palabras
volviendo mas irritable a la cansada joven
- “Cierra la boca y dime que quieres”
- “Iré directo al grano, James Gordon
Brown involucrado en la sección delitos informáticos del departamento de
defensa quien se lo creía perdido hace unos días ah salido de su cueva. Luego
de presionar en algunos de sus lugares donde normalmente rondaba encontré que
se lo vio en el autoservicio que se encuentra sobre la Avenida Willburg
y casualmente a unas pocas manzanas de allí tiene su domicilio una joven
bailarina la cual trabaja en ese negocio de baja monta donde el joven Gordie
era un cliente habitué. Creo que eres lo suficientemente inteligente ,pese a tu
estado de poca lucidez actual, para deducir tu siguiente paso”
- “Espera un segundo que busco para anotar, pásame
la dirección… aja, ya la tengo. Entonces voy a visitarlo y le exprimo todo
conocimiento sobre los papeles robados y los demás empleados, luego dispongo de
él, ok?”
- “Perfecto, solo espero que nadie se te haya adelanto ya… Por cierto
¿Quieres que te acompañe? La verdad es que creo que te verías hermosa esta
noche bajo la luz clara de la luna y no quisiera desaprovechar esta
oportunidad… ¿Hola? ¿Hola?” con una leve risa colgó el teléfono luego
de darse cuenta que se encontraba hablando solo
La joven entendía que su largo día aun no había terminado así que se dirigió
al baño para tomar una ducha, minutos después ya limpia y parcialmente
despabilada se arreglo para salir; se detuvo frente al espejo otro tanto
tratando de tapar esas leves ojeras que marcaban sus desafiantes ojos color
miel y con el secador de pelo le dio forma a su cabello al tiempo que prevenía
una pulmonía al salir con su cabeza húmeda. Vistiendo esta vez un sobretodo
negro para mayor comodidad, escondió tras el en su cintura ese cuchillo de
guerra tan particular que poseía mientras tomaba otras dos navajas de menor
tamaño que escondería en su bolsillo y bota respectivamente. Tomo un bolso a
juego donde escondió unas identificaciones falsas y otros algún que otro objeto
práctico, ya preparada llamo a un taxi no sin antes haber pasado por la maquina
de café en la recepción de la sucia hostería y tomarse unos cuantos horribles
capuchinos con el fin de mantenerse despierta el tiempo necesario; aunque en
verdad era solo cuestión de tiempo en esta noche para que la adrenalina se
dispare y logre ese efecto.