martes, 29 de noviembre de 2011

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Las paredes manchadas de humedad me muestran un gracioso dibujo, adornado en rajaduras que cortan por la mitad la escena mientras unas goteras añaden un sonido seudo orquestral a la obra, talvez sea el asbesto del techo el que provee ese aire distinto en los pulmones o será la cortina de lágrimas sobre mis ojos, nunca lo sabré verdaderamente pero siempre continuaré preguntándome ¿ Porque caigo que tan curiosamente cautivado por esta escena? yo, quien podría haber nacido en cuna de oro mirando a todos desde arriba; ¿ Porque encuentro solo belleza en la decadencia del mismo mundo?. Algo debe andar mal dentro de mi cabeza, podría jurar que a veces encuentro cosas sueltas e incoherentes dentro de ella, nacidas del caos mismo, alimentadas por delirios y perdidas en los cajones de mi pequeño mundo, escapando entre las baldosas de mi conciencia para manchar mi cielo color vainilla.

Yo conozco la rutina, la fantasía delirante aparece sin aviso y me trapa cual bolsa en el aire arrastrándome hasta alturas difícil de creer para luego dejarme caer, pesado como un yunque, hasta el crudo asfalto; allí es cuando duele sintiendo el sabor a sangre de mi boca y allí cuando comienza nuevamente el ciclo. Prisionero de la realidad solo en la ficción obtengo alas para volar lejos de esta realidad cruel hasta que finalmente me cruzo con cuadros llenos de desorden, dolor y hermosura, ahí es cuando vuelvo a ser yo al instante en el que la tierra escurre sobre mi frente unas gotas de ilusión volviéndolas verdaderas.

Comprendo que puedo ver mas allá del plástico delante, se que no estoy ligado a este paradigma; acepto a regañadientes ser un exiliado, un paria, una bolsa de huesos que no puede caminar esa vereda, pero no por ello mi alma morirá al dejar este mundo. Tal vez en ese momento, cuando me encuentre frente a las puertas del fin, decida finalmente tirar de este delgado hilo color plata para reencontrarme con ese pequeño e único grano dorado que me libere de este eterno reloj de arena.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Puntada en falso en el entramado de Penélope

Un picara brisa soplaba de manera burlona sobre sus cabellos, fresca e inmotivada volvia su peinado un verdadero nido de pájaros, a él no le importaba en ese momento ya que allí era el lugar donde daría finalmente con la respuesta a sus problemas. Simplemente sentado e inmovil esperando sobre una pared de rocas dando rienda suelta a su mente, anhelando y tejiendo una solución para luego reducirla nuevamente a una madeja de ideas; una y otra vez armaba su estratajema tratando de llegar a una solucion pero sucede que pasciencia y sabiduria no era un propias de la junventud.

-“Manténte tres días despierto en la entrada del camino de la vida, simplemente sentado deberías encontrar la respuesta a tus problemas. Eso si, ¡Por nada en el mundo te duermas allí!, es un extraño y mágico lugar de consecuencias inciertas ¿Entendido?” le había respondido de mala gana el mago hacia ya unas semanas luego ceder ante la continua insistencia de ayuda por parte del muchacho.

Un par de días no son nada, pensó en ese momento, pero en el aquí y ahora a las puertas del segundo amanecer el cansancio se hacia sentir demasiado, ya agotado de armar y desarmar antiguas ideas decidio simplemente dejar de pensar y comenzar a dudar, el cuerpo comenzaba a molestarle mientras el mismo estado de desvelo hacia parecer al aire mas dulce y denso de lo que realmente era. Sus ojos clavados en el horizonte intentaban distinguir algún viajero por el despejado y ya olvidado camino, pero pese al esfuerzo los días de espera comenzaban a sentirse y así los parpados cansados se cerraban por momentos alejándolo de la realidad mas y mas hasta finalmente hundirlo en el mas profundo de los sueños.

Volaba, flotaba, descendía y caía en una rutina continua de éxtasis y emoción. Jardines y puentes se erguían para dar lugar a nuevas y fantásticas fronteras inexploradas hasta el momento; Él, inconciente completamente del ¿Cuando? ¿Dónde? ¿Como? y ¿Por qué? se limitaba solo a dejarse llevar como una hoja atrapada por la corriente, una simple marioneta dentro de un teatro onírico. Así danzó al ritmo de esa fantástica música por eones hasta que finalmente los colores del universo se apagaron y la tierra giro y giro mas rapido hasta volverlo polvo.

Cuando despertó el camino había cambiado junto con el suelo y el aire, se sentía bastante diferente como si centenares de años hubieran golpeado súbitamente al tranquilo paisaje volviéndolo arisco y distante. La roca donde se encontraba se encontraba porosa y teñida de naranja; aturdido y confuso con gran esfuerzo intento ponerse de pie pero sus extremidades se sentían débiles y cansadas, al frotarse los músculos de la pierna pudo notar unos profundos surcos alrededor de su mano marcando asi varias arrugas sobre la piel de sus delgados huesos. Poco duró esa visión ya que por momentos los ojos comenzaron a fallarle, parecía como si viera a través de una densa cortina de niebla intermitente; lagrimas de frustración comenzaron a caer por sus ojos mientras con desesperación arrancaba cabellos canos de su cabellera. Todo era confusión y desesperación hasta que comenzó a escuchar un galope lejano que se acercaba; con un ápice de esperanza el desesperado hombre levanto su rostro e intento seguir al viajero que se acercaba aminorando el paso hasta dejar su caballo al lado del ahora débil señor.


- “¿Por que demonios te dormiste?” Grito el recién llegado jinete “Estupido muchacho ¿Acaso no te dije que me esperaras despierto por 3 días, que era absolutamente necesario? ¡Maldición!, ¿sabes que no puedo deshacer lo sucedido? Ahora estarás atrapado en ese viejo cuerpo hasta el final de tus días

- "¿Que me paso, mago,? ¿Por que estoy asi?" preguntó con deseperacion el anciano

- “Estabas lleno de ambiciones, esperanzas y ganas de vivir pero te gano el cansancio y el sueño. Fallaste, tenia esperanzas que encontraras la respuesta a la prueba, ninguna solución por mágica que sea va a llegar a ti sin esfuerzo; no ibas a encontrar nada sentado allí, las respuestas estaban allí afuera; transitando el camino de la vida. Pero terminaste por ceder al peso de la realidad y caíste en la fantasía hasta que las preocupaciones escaparon completamente de tu alma. Ahora tengo frente a mi a un anciano confundido y perdido que busca respuestas, solo te puedo decir que la vida se te escapo muchacho, se te escurrió entre las manos cual arena”

jueves, 10 de noviembre de 2011

Retazos desde el otro lado

Intriga

Siempre creí que la igualdad no existe en este mundo, desde siempre los hombres necesitaron saber que existe un eslabón superior y que era allí en lo único que podían depositar ciegamente su confianza. Conceptos como fe y lealtad nacieron para controlar y simplificar la vida de la gente, mientras la primera prometía un lugar mejor en otra vida a coste de esfuerzo, la segunda mantenía el orden en el mundo terrenal; los origines de estos dos conceptos aunque misteriosos y lejanos no son muy distantes entre si ya que ambas ideas validan el poder de la otra mientras compiten por el premio mayor: El reconocimiento.
Ahora que pude trasmigrar mi condición mortal puedo verlo mas claramente pero mi objetivo no es extenderme demasiado, propongo que continuemos este viaje al pasado donde encontraremos en caminos distantes el final de este capitulo

La sangre brotaba por todo su cuerpo dejando su rostro, y el fino tapiz del suelo, irreconocible; los soldados no sabían la razón por la cual castigaban salvajemente a un mero sirviente pero una orden era una orden y mas si venia del hijo del Rey. Golpe tras golpe terminaron por pasar varios minutos hasta que la palabra de alto llego, los cinco guerreros detuvieron su acometida alzando el cuerpo apenas conciente para que ser interrogado por el príncipe; él hasta ese momento solo se había limitado a disfrutar ese vals de violencia y sangre con una gran sonrisa, mueca que se acrecentaba por cada gota de sangre caída al suelo descubriendo así sus blancos y filosos dientes cual depredador
- “Dime estimado sirviente ¿Quien piensas que es mas grande en este mundo, tu Rey o tu Dios?” Preguntó con cierta malicia el futuro heredero a la corona Charles II a un maltrecho y golpeado sirviente
- “¡Mi rey, gran señor; en el deposito mi vida y la de mi familia!”-dejo escapar la destrozada boca del torturado hombre; tratando de enmendar algún error pasado continuó -“Le pido disculpas por...”
-“¡Silencio!, eso ya paso. Me agradan tus palabras, esa es la respuesta que esperaba, has cambiado tus ideales por tu vida y eso me parece justo” dijo mientras sacudía sus ropas y daba media vuelta con intención de partir, pero luego de unos dos pasos se detuvo –“Un hombre muy sabio me contó una vez que a pesar de que uno pase a mejor vida, sus ideales continúan viviendo. Su destino fue la muerte, realmente me encontraba intrigado por comprobar su teoría; ahora tú has hecho justamente lo contrario dejando morir tus creencias para que tu cuerpo siga respirando, entonces ¿No crees que lo justo sería que te desprendas de toda creencia anterior si has decidido seguir viviendo?
Tengo entendido que el rezo a tu dios se realiza con ambas manos, ¿Verdad?; bien, como hoy me siento generoso considera lo siguiente como un regalo de tu futuro Señor para mantener firme tu nueva convicción.
¡Soldados, arránquenle los dos brazos!”
Él era Charles II, primer hijo del Rey Charles y heredero de Albalice; llevaba para sus 18 años un ímpetu y orgullo difícil de describir, pocos podían sospechar que bajo su apariencia correcta e irreprochable se ocultaba un ser oscuro, inescrupuloso y perverso como jamás haya existido. Historias sobre su crueldad y accionar se mantenían ocultos entre la nobleza bajo la excusa su prestigio y honor, pero los rumores se esparcían libremente entre los plebeyos quienes normalmente las intercambiaban por una cerveza fría en cualquiera taberna barata.
Así se sabe sobre aquella ocasión que mando a colgar a un gran herrero por capricho, parece que meses antes le había encargado forjar la mejor espada del reino y una vez terminada lo acuso de traidor y le dio muerte solo para que nunca jamás vuelva crear un arma tan perfecta y magnifica, o al menos eso se cree. Se rumorea también sobre gran cantidad de mujeres asesinadas luego de pasar una noche con él, ante la posibilidad de que su semilla diera frutos o también sobre la misteriosa desaparición de su primo, tras atreverse a ganarle en una justa amistosa.
Todas ellas verdades en parte y otras muchas mas que no vienen al caso. Pero lo que hoy nos concierne es una reunión entre el Rey y las familias más poderosas de Albalice durante el comienzo de un largo verano.
Esa fresca mañana la brisa matutina traía consigo un gran numero carruajes de los más refinados y bellos en todo el reino, como era de esperar el Rey y príncipe no recibieron a sus invitados sino que aparecieron una vez todas las familias se encontraban acomodadas en un hermoso salón delicadamente arreglado, allí la bebida y comida era digna del paladar mas rebuscado y exquisito llenando no solo el estomago sino también espíritu. El joven Charles se pavoneaba como de costumbre ante las diferentes muchachas que se encontraban allí mientras su padre se encargaba de hacer política, saludando a los diferentes líderes y personas influyentes que se acercaban a su trono. El viejo rey se llenaba los oídos de halagos y palabras elocuentes mientras el príncipe hacia lo propio con las miradas pudorosas de las jóvenes presentes, pero eso no hacia más que llenarle el ego momentáneamente; lo que él realmente disfrutaba eran los retos. Así fue como encontró a la hija de los Rassel con su vista clavada a través de la ventana, ese claro desinterés sumado a un gesto risueño y esperanzado atrajo la atención de Charles hacia ella
-“Señorita, me temo que no nos presentaron. Soy Charles II, futuro Rey de estas tierras; ¿A quien tengo el gusto de dirigirme?”- dijo con elegancia y orgullo encontrando una respuesta no tan acorde a su interés
-“Mi señor, mi nombre es Eva Rassel. Un gusto conocerlo”-
Así fue como pese a los intentos posteriores de abrir un nuevo tema de conversación, Charles siempre se encontraba con una puerta cerrada; la joven le respondía con delicadeza pero sin más, como si mas allá de él y su palacio residieran los pensamientos de ella; algo completamente inconcebible para el joven príncipe
- “Señorita Eva, ¿Le molesta si la llamo simplemente Eva? En agradecimiento deje de lado las formalidades y llámeme Charles a secas. Veo que disfruta de la vista de los jardines, si quiere se los puedo enseñar”- esbozando un nuevo intento de captar algo de atención, logrando esta vez una respuesta mas significativa
-“Mi señor… digo, Charles…. realmente su parque presenta una belleza sin igual digna de Ud, pero lo que cautiva mi interés no son sus elegantes arbustos o sus frescas flores sino es el rápido paso del tiempo. Al final de esta estación voy a casarme y aun se me dificulta acallar a este ansioso corazón, no puedo parar de contar los días “- respondió con mirar risueño y un súbito brillo en sus ojos
-“Me alegra escuchar sus palabras Eva, ¿Tengo el agrado de conocer al afortunado?”- dijo dejando escapar entre dientes esas palabras
-“No lo creo, su nombre es Thomas Lockward cabeza de la familia Lockward y el dueño de mi amor”
La conversación extrañamente había cambiado de un momento a otro, tomando rumbos oscuros e inesperados; mientras ahora Eva se encontraba distendida hablando cómodamente e ingenuamente de sus planes, Charles se mantenía absorto en sus pensamientos, respondiendo casi inconcientemente mientras la plática fluía. En su cabeza solo la lujuria y lo prohibido resonaban en su mente, él quería a esa mujer, la deseaba, necesitaba poseerla y no iba a parar hasta hacerla finalmente suya.