Las paredes manchadas de humedad me muestran un gracioso dibujo, adornado en rajaduras que cortan por la mitad la escena mientras unas goteras añaden un sonido seudo orquestral a la obra, talvez sea el asbesto del techo el que provee ese aire distinto en los pulmones o será la cortina de lágrimas sobre mis ojos, nunca lo sabré verdaderamente pero siempre continuaré preguntándome ¿ Porque caigo que tan curiosamente cautivado por esta escena? yo, quien podría haber nacido en cuna de oro mirando a todos desde arriba; ¿ Porque encuentro solo belleza en la decadencia del mismo mundo?. Algo debe andar mal dentro de mi cabeza, podría jurar que a veces encuentro cosas sueltas e incoherentes dentro de ella, nacidas del caos mismo, alimentadas por delirios y perdidas en los cajones de mi pequeño mundo, escapando entre las baldosas de mi conciencia para manchar mi cielo color vainilla.
Yo conozco la rutina, la fantasía delirante aparece sin aviso y me trapa cual bolsa en el aire arrastrándome hasta alturas difícil de creer para luego dejarme caer, pesado como un yunque, hasta el crudo asfalto; allí es cuando duele sintiendo el sabor a sangre de mi boca y allí cuando comienza nuevamente el ciclo. Prisionero de la realidad solo en la ficción obtengo alas para volar lejos de esta realidad cruel hasta que finalmente me cruzo con cuadros llenos de desorden, dolor y hermosura, ahí es cuando vuelvo a ser yo al instante en el que la tierra escurre sobre mi frente unas gotas de ilusión volviéndolas verdaderas.
Comprendo que puedo ver mas allá del plástico delante, se que no estoy ligado a este paradigma; acepto a regañadientes ser un exiliado, un paria, una bolsa de huesos que no puede caminar esa vereda, pero no por ello mi alma morirá al dejar este mundo. Tal vez en ese momento, cuando me encuentre frente a las puertas del fin, decida finalmente tirar de este delgado hilo color plata para reencontrarme con ese pequeño e único grano dorado que me libere de este eterno reloj de arena.
Hoy nos encontramos aquí en esta pequeña sala, alumbrada por velas y rodeada de miles de botellas rescatadas de entre los 7 mares, cada una atesorando un cuento único. Por siglos, bajo la mirada de la luna y el abrigo del mar han sido celosamente guardados, tomados por perdidos y olvidados; pero a pesar de lo que se cree nunca vagaron sin rumbo ya que están atados por hilos invisibles que unen un gran hecho a buen oyente.Ahora estas aquí, déjame agasajarte con una historia, estas listo?
martes, 29 de noviembre de 2011
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Excelente como siempre amigo :)
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