La batalla rugía en la sala principal, el metal chocaba una y otra vez violentamente imponiendo su voluntad sobre todo sonido en la amplia habitación; el monarca se encontraba sin palabras ante la situación mientras que el público se mantenía expectante ante la pelea: ¿Luz contra oscuridad, bien contra mal? No creo que eso describa con exactitud la situación, se sentía mas como un rencuentro entre el pasado y el presente, un ajuste de cuentas entre un hombre y una irreconciliable imagen dando lugar a una pelea donde solo uno quedaría en pie.
Zanizabar, emperador de Therenea observaba complacido la situación desde su trono, su rostro mostraba satisfacción y pese que quería ver muerto al capitán no podía contra la ansiedad de controlar los cristales así que dijo mirando toda la sala
-“Bien hecho Balthasar, ahora sal de donde estés y ordena a esa cosa que devuelva los cristales a mis manos” exclamo con ímpetu, descubriendo una sonrisa maliciosa en su boca
-“Lo siento mi señor, pero esos cristales tienen un nuevo dueño y pienso hacer lo que me plazca con ellos, ahora sombra esclava traédmelos” se escucho como eco en toda la sala, acto seguido el guerrero salto con agilidad hacia un balcón que se encontraba en el piso superior, enfrentado al trono, donde normalmente se ubicaba la familia real para observar las celebraciones. Detrás de un pilar apareció el consejero Balthasar, llevaba consigo ese aire de superioridad y la mirada despectiva que lo caracterizaban, sus ojos brillaron al ver los cristales reunidos los cuales tomo con su brazo izquierdo mientras en el derecho sostenía un libro de gran antigüedad
-“Maldito! Siempre supe que planeabas algo pero no pense que traicionarias al reino” grito el capitán
-“Jajaja deberías haberme detenido cuando pudiste, ahora tengo el poder de los cristales y el grimorio antiguo nada podrá detenerme; sombra destruye a todos!” Dijo mientras escapaba hacia el piso superior
-“Teniente! Vayan tras Balthasar; yo me enargare de su ayudante” Exclamo el paladín mientras seguía con su mirada a la figura oscura que de un salto llegaba nuevamente a la sala principal
-“Dejare una unidad para cuidar de los civiles, se lo encargo” y sin mas el teniente comenzó a subir las escaleras con unos cuantos soldados
La tensión se sentía en el aire por un lado, el capitán de la armada Sir Lucian Ighnate quien blandía su martillo de guerra “Tyr” y un escudo se defendía contra los ataques de su enemigo“La espada carmesí de Therenea” que castigaba sin piedad con “Osguiliat” el arma maldita.
Mientras tanto los espectadores se encontraban completamente desconcertados por la situación y ante la incertidumbre comenzaron murmullos y susurros:
Cerca de la zona baja del salón se escuchaba “Acaso el capitán no era el caballero oscuro?,como puede haber dos?” mientras que a los lados, en la parte superior del estrado se sintió un cuchicheo entre los nobles “Insolencia, dos brutos peleando enfrente del sumo monarca como si fueran animales; deberían encerrarlos en la torre mas alta y tirar la llave al río”, en cambio abajo alrededor de la batalla los soldados, que inquietos se alejaban del centro del salón, alentaban “Fuerza Capitán, acabe con el impostor!”.
Pese a la atención completa de la sala no todos eran capaz de entender la huella detrás de cada golpe, el ojo mundano solo veía 2 hombres intercambiando violentamente ataques sin sentido mientras que quienes se entrenaron el arte de la guerra y se curtieron en los campos de batalla podían distinguir claramente a dos adversarios que median astutamente las fuerzas de su respectivo enemigo con cada ataque. Pero había algo que no podían ver y era el corazón de Lucian que dudaba ante esta batalla, se preguntaba si era realmente “él mismo” su enemigo. Esa técnica de espada nacida del gran espadachín ciego y heredada luego de una década de esfuerzo, el cabello rojizo que escapa debajo del casco logrando junto con el filo del arma un corte escarlata en esa imagen completamente oscura compartida con la armadura de acero negro y la temible espada “Osguiliat”, antigua compañera de Lucian, obtenida luego de tomar la vida del ultimo dragón blanco y bañarla en su sangre. Todo indicaba que el debía enfrentar con su pasado una vez mas
Finalmente decidido a dar todo de si, el capitán apreto con fuerza su mano en la empuñadura y grito hacia los soldados:
-“Soldados, alejen a la gente de aquí. No puedo garantizar su seguridad cuando comencemos a pelear enserio y se desate…” súbitamente tuvo concluir sus palabras,
un cuchillo arrojado por su enemigo velozmente rozo su rostro y termino por hundir en el pecho de desafortunado soldado que luego de verse la herida cayo al piso inconciente, esto genero una andanada de gritos por parte de los civiles quienes comenzaron a huir desesperados mientras aun los dos guerreros combatían en el medio de la sala, sin pensarlo dos veces Lucian sabia que sino alejaba a su enemigo las perdidas serian numerosas así que con fuerza arrojo su mazo contra su adversario quien no pudo mas que esquivarlo moviéndose a un lado, pero detrás del arma el paladín había cargado contra el con todas sus fuerza, logrando asestar un golpe con el escudo que termino por aturdir a la sombra ese segundo necesario para agarrarla del brazo y arrojarla contra una puerta lateral la cual atravesó terminando en un pasillo. Lucian tomo su mazo que yacía en el suelo a un lado y corrio hacia el pasillo para poder pelear contra su enemigo sin preocupaciones
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