Hoy nos encontramos aquí en esta pequeña sala, alumbrada por velas y rodeada de miles de botellas rescatadas de entre los 7 mares, cada una atesorando un cuento único. Por siglos, bajo la mirada de la luna y el abrigo del mar han sido celosamente guardados, tomados por perdidos y olvidados; pero a pesar de lo que se cree nunca vagaron sin rumbo ya que están atados por hilos invisibles que unen un gran hecho a buen oyente.Ahora estas aquí, déjame agasajarte con una historia, estas listo?
jueves, 15 de diciembre de 2011
Retazos desde el otro lado
martes, 29 de noviembre de 2011
6405
Las paredes manchadas de humedad me muestran un gracioso dibujo, adornado en rajaduras que cortan por la mitad la escena mientras unas goteras añaden un sonido seudo orquestral a la obra, talvez sea el asbesto del techo el que provee ese aire distinto en los pulmones o será la cortina de lágrimas sobre mis ojos, nunca lo sabré verdaderamente pero siempre continuaré preguntándome ¿ Porque caigo que tan curiosamente cautivado por esta escena? yo, quien podría haber nacido en cuna de oro mirando a todos desde arriba; ¿ Porque encuentro solo belleza en la decadencia del mismo mundo?. Algo debe andar mal dentro de mi cabeza, podría jurar que a veces encuentro cosas sueltas e incoherentes dentro de ella, nacidas del caos mismo, alimentadas por delirios y perdidas en los cajones de mi pequeño mundo, escapando entre las baldosas de mi conciencia para manchar mi cielo color vainilla.
Yo conozco la rutina, la fantasía delirante aparece sin aviso y me trapa cual bolsa en el aire arrastrándome hasta alturas difícil de creer para luego dejarme caer, pesado como un yunque, hasta el crudo asfalto; allí es cuando duele sintiendo el sabor a sangre de mi boca y allí cuando comienza nuevamente el ciclo. Prisionero de la realidad solo en la ficción obtengo alas para volar lejos de esta realidad cruel hasta que finalmente me cruzo con cuadros llenos de desorden, dolor y hermosura, ahí es cuando vuelvo a ser yo al instante en el que la tierra escurre sobre mi frente unas gotas de ilusión volviéndolas verdaderas.
Comprendo que puedo ver mas allá del plástico delante, se que no estoy ligado a este paradigma; acepto a regañadientes ser un exiliado, un paria, una bolsa de huesos que no puede caminar esa vereda, pero no por ello mi alma morirá al dejar este mundo. Tal vez en ese momento, cuando me encuentre frente a las puertas del fin, decida finalmente tirar de este delgado hilo color plata para reencontrarme con ese pequeño e único grano dorado que me libere de este eterno reloj de arena.
domingo, 20 de noviembre de 2011
Puntada en falso en el entramado de Penélope
Un picara brisa soplaba de manera burlona sobre sus cabellos, fresca e inmotivada volvia su peinado un verdadero nido de pájaros, a él no le importaba en ese momento ya que allí era el lugar donde daría finalmente con la respuesta a sus problemas. Simplemente sentado e inmovil esperando sobre una pared de rocas dando rienda suelta a su mente, anhelando y tejiendo una solución para luego reducirla nuevamente a una madeja de ideas; una y otra vez armaba su estratajema tratando de llegar a una solucion pero sucede que pasciencia y sabiduria no era un propias de la junventud.
-“Manténte tres días despierto en la entrada del camino de la vida, simplemente sentado deberías encontrar la respuesta a tus problemas. Eso si, ¡Por nada en el mundo te duermas allí!, es un extraño y mágico lugar de consecuencias inciertas ¿Entendido?” le había respondido de mala gana el mago hacia ya unas semanas luego ceder ante la continua insistencia de ayuda por parte del muchacho.
Un par de días no son nada, pensó en ese momento, pero en el aquí y ahora a las puertas del segundo amanecer el cansancio se hacia sentir demasiado, ya agotado de armar y desarmar antiguas ideas decidio simplemente dejar de pensar y comenzar a dudar, el cuerpo comenzaba a molestarle mientras el mismo estado de desvelo hacia parecer al aire mas dulce y denso de lo que realmente era. Sus ojos clavados en el horizonte intentaban distinguir algún viajero por el despejado y ya olvidado camino, pero pese al esfuerzo los días de espera comenzaban a sentirse y así los parpados cansados se cerraban por momentos alejándolo de la realidad mas y mas hasta finalmente hundirlo en el mas profundo de los sueños.
Volaba, flotaba, descendía y caía en una rutina continua de éxtasis y emoción. Jardines y puentes se erguían para dar lugar a nuevas y fantásticas fronteras inexploradas hasta el momento; Él, inconciente completamente del ¿Cuando? ¿Dónde? ¿Como? y ¿Por qué? se limitaba solo a dejarse llevar como una hoja atrapada por la corriente, una simple marioneta dentro de un teatro onírico. Así danzó al ritmo de esa fantástica música por eones hasta que finalmente los colores del universo se apagaron y la tierra giro y giro mas rapido hasta volverlo polvo.
Cuando despertó el camino había cambiado junto con el suelo y el aire, se sentía bastante diferente como si centenares de años hubieran golpeado súbitamente al tranquilo paisaje volviéndolo arisco y distante. La roca donde se encontraba se encontraba porosa y teñida de naranja; aturdido y confuso con gran esfuerzo intento ponerse de pie pero sus extremidades se sentían débiles y cansadas, al frotarse los músculos de la pierna pudo notar unos profundos surcos alrededor de su mano marcando asi varias arrugas sobre la piel de sus delgados huesos. Poco duró esa visión ya que por momentos los ojos comenzaron a fallarle, parecía como si viera a través de una densa cortina de niebla intermitente; lagrimas de frustración comenzaron a caer por sus ojos mientras con desesperación arrancaba cabellos canos de su cabellera. Todo era confusión y desesperación hasta que comenzó a escuchar un galope lejano que se acercaba; con un ápice de esperanza el desesperado hombre levanto su rostro e intento seguir al viajero que se acercaba aminorando el paso hasta dejar su caballo al lado del ahora débil señor.
- “¿Por que demonios te dormiste?” Grito el recién llegado jinete “Estupido muchacho ¿Acaso no te dije que me esperaras despierto por 3 días, que era absolutamente necesario? ¡Maldición!, ¿sabes que no puedo deshacer lo sucedido? Ahora estarás atrapado en ese viejo cuerpo hasta el final de tus días
- "¿Que me paso, mago,? ¿Por que estoy asi?" preguntó con deseperacion el anciano
- “Estabas lleno de ambiciones, esperanzas y ganas de vivir pero te gano el cansancio y el sueño. Fallaste, tenia esperanzas que encontraras la respuesta a la prueba, ninguna solución por mágica que sea va a llegar a ti sin esfuerzo; no ibas a encontrar nada sentado allí, las respuestas estaban allí afuera; transitando el camino de la vida. Pero terminaste por ceder al peso de la realidad y caíste en la fantasía hasta que las preocupaciones escaparon completamente de tu alma. Ahora tengo frente a mi a un anciano confundido y perdido que busca respuestas, solo te puedo decir que la vida se te escapo muchacho, se te escurrió entre las manos cual arena”
jueves, 10 de noviembre de 2011
Retazos desde el otro lado
Siempre creí que la igualdad no existe en este mundo, desde siempre los hombres necesitaron saber que existe un eslabón superior y que era allí en lo único que podían depositar ciegamente su confianza. Conceptos como fe y lealtad nacieron para controlar y simplificar la vida de la gente, mientras la primera prometía un lugar mejor en otra vida a coste de esfuerzo, la segunda mantenía el orden en el mundo terrenal; los origines de estos dos conceptos aunque misteriosos y lejanos no son muy distantes entre si ya que ambas ideas validan el poder de la otra mientras compiten por el premio mayor: El reconocimiento.
sábado, 1 de octubre de 2011
Redescubrir
Me senti caer en un abismo denso y profundo, mis brazos pesados como yunques acompañaban este cuerpo inmóvil haciéndolo girar y voltear en el aire de infinitas maneras. En ese abismo no había fondo ni suelo que amenazara mi caída pero aun así en mi corazón podía sentir un peligro crecer mas y mas a medida que ganaba profundidad, llegado el momento la oscuridad engulló la realidad misma hasta llegar a un fin, pero para mi sorpresa el vibrar de una nota detuvo la caída. Parecía como si del mismo sonido se desprendieran pequeñas luces olvidándose en la negrura infinita; pero estaba lejos de volver, allí fue cuando la presión del universo aplasto mi cuerpo y luego de esa contracción…
Hace dos días que desperté, o más bien que olvidé; me es difícil saber cual de las dos cosas sucedió primero o cual después pero, aunque mi cabeza era y sigue siendo un revuelo, puedo asegurar algo: mi sueño no fue nada para nada corriente. Poco puedo decir sobre él, solo se que sucedió, que implico un gran cambio y que aquí estoy perdido y desorientado. Se sintió como si por mutuo acuerdo el mundo se hubiera olvidado de mí, yo de él, hoy soy como un extraño para mi mismo.
Mi primer recuerdo es de hace unos días cuando desperté bañado en pequeños botones de luz que se filtraban entre las hojas, a simple vista parecía encontrarme debajo de un gran árbol en lo profundo de un bosque. Pequeñas ranuras de luz escapaban a través de esa arboleda frondosa esquivando sus coloridos frutos, solo se llegaba a oír las ramas bailando al son del viento y el agua de un rió no muy lejos. Al incorporarme me di cuenta que mi mano agarraba una delgada cuerda de origen desconocido, parecía sana y era similar a la un laúd o talvez una guitarra, sin mas la ate a mi muñeca y seguí explorando mi entorno.
Aun me encontraba algo aturdido y perdido, en ese momento no pensé demasiado; solo quería caminar un poco, así me deje llevar por ese fantástico ambiente. Esquivando ágilmente las ramas y moviéndome entre las raíces para no generar ruido alguno, extendí mi caminata lo suficiente como para notar con curiosidad que ningún animal habitaba en ese lugar; ese detalle me llevo a continuar avanzando hasta toparme con una pequeña y cristalina laguna que se formaba por un afluyente en unas montañas lejanas. Curioso me acerque hasta la orilla y allí frente al agua clara un tímido reflejo me reencontró conmigo mismo.
El ser reflejado era de cabello oscuro y largo hasta el cuello, rostro gallardo y buen porte. La apariencia era la de un hombre llegando a su adultes, esa época cuando las marcas de la juventud comenzaban a mezclarse en armonía con los rasgos ineludibles de la segunda veintena de la vida; mientras las pupilas compartían el color con las hojas mas claras del otoño su mirar era más bien fresco y calido como una mañana de primavera, en cuanto a sus ropas parecían mezclarse con el tono oscuro de la hierva solo resaltando, debajo del chaleco, una camisola blanca como las nubes.
Ese desconocido era yo al parecer, extrañado de mi mismo me observe por un largo rato en el lecho del rió pero nada retorno a mi mente; de mirarme note algo sobre mi cintura, a uno de los lados encontré una cantimplora completamente vacía y del otro al parecer había una vaina enganchada al cinto, la cual me llamo poderosamente la atención ya que no guardaba ningún arma en ella. Curioso por el descubrimiento y extrañado por cuanto mas podía revelar sobre mi mismo impulsivamente remangue parte de mis mangas y me encontré con heridas recientes junto con otras de tiempos más antiguos ya cicatrizadas, que como surcos marcaban un camino sobre mi cuerpo. Siguiéndolas llegue hasta mi pecho donde aguardaba una horrible marca cerca del corazón, en ese momento recuerdos ajeno brotaron dolorosamente de esas viejas heridas rememorando el calor de mi sangre, sentí revivir el pasado en cada contacto con el látigo. Pantallazos de sufrimiento y violencia bombardearon mi mente de manera súbita llevándome al suelo ante la fuerza de tal tormento, mi rostro quedo frente a frente con el del hombre en el fondo del río, ese extraño no podía ser yo, esas memorias no eran mías, ¡No podían serlo!. Con mis últimas fuerzas alcance una piedra y la arroje al río para destruir ese maldito reflejo antes de desvanecerme en el suelo.
Creo que desperté la tarde siguiente, el cielo vestía completamente de celeste de no ser por unas pequeñas manchas blancas que se reflejaban claramente en mis desorientados ojos abiertos; me encontré misteriosamente recostado boca arriba sobre un cómodo colchón de tierna hierba. Apenas recordaba lo sucedido y ante el riesgo de otro ataque repentino intente mantener en calma mi mente, tal vez así mi abrumada cabeza comenzaría a escupir algunas respuestas a tantas preguntas que me agobiaban. Esperé y esperé por largo tiempo una pista, ya sea interna o externa pero solo obtuve una amarga sensación de vació; como respondiendo a mis exigencias el viento había hecho acto de presencia empezando a acariciar levemente mi rostro cual madre mientras las hojas comenzaron a susurrar cruelmente sonidos que rememoraban momentos de dolor en mi corazón; perplejo, desorientado e impotente ante tal insoportable melancolía clavé un profundo alarido al cielo mientras hundía con odio y furia la cabeza entre mis manos.
Esa horrible sensación pareció extenderse eternamente hasta que la llegada de la noche, la dama blanca, quien majestuosa hizo acto de presencia en el firmamento, comenzó a borrar levemente ese horrible sentimiento con su sola visión; recién en ese momento me di cuenta lo débil que me sentía, parecía haber pasado años desde que probé bocado alguno. Ya de pie me acerque a aquel primer árbol y luego de varios intentos robe unas cuantas suculentas manzanas, cerca del río llene la olvidada cantimplora y accedí a comer tranquilamente. Allí, pese a que la luna me acompañaba cercana en el fondo del rió, no me sentía del todo cómodo, tenia esa extraña sensación de no encontrarme solo en ese mágico y extraño lugar; algo sin duda me observaba.
La noche comenzó a cambiar de un momento a otro, una tormenta avanzaba devorando parte cielo y absorbiendo la luz restante, el río que corría calmo y parejo hasta entonces se había exaltado de pronto volviendo su curso impredecible y peligroso. Mi corazón se detuvo por un segundo esperando esa inevitable sorpresa que lo haría acelerar al máximo, pero nunca llego. Tal cambio fue lento pero constante, la negrura acechaba detrás de cada sombra esperando un error, esperando una reacción; yo mientras inmóvil, expectante pero calmo, aferrado a esa vaina vacía en mi cintura esperaba el más mínimo indicio real de peligro. La maldad se presento finalmente en forma de depredador, oscuros lobos de grueso pelaje y ojos innaturalmente índigos surgieron de cada matorral y escondite posible aullando y gruñendo; lo único que pude hacer en ese momento fue temblar de miedo y retroceder lentamente hasta terminar acorralado contra el lecho del río, cuando llegué a la conclusión de que no tenia salida ni escapatoria una de las bestias cargó contra mi empujándome contra las salvaje aguas donde fui ahogado y arrastrado.
Para cuando abrí mis ojos me encontraba en otro lugar, estaba flotando en un mar celeste lleno de nada a la espera de nadie. No estoy seguro si era mi cuerpo el que me contenía o si mi alma se había liberado finalmente pero antes de tener el tiempo suficiente para reflexionar me encontré en un lugar diferente. Ahora estaba parado sobre tierra firme en un escenario desolado, parecía una especie meseta enorme y desértica; no importa cuanto busque alrededor, todo parecía lo mismo: un lejano horizonte y un largo camino hacia él. Conciente de lo que me había sucedido previamente comprobé mi estado, al parecer que no tenia ningún tipo de herida en mi cuerpo encontrándome completamente sano y seco. Más confundido que nunca, ignorando si me encontraba realmente vivo o si avanzar era una buena opción, estaba arto de no entender, de no saber y de no poder. A fuerza de odio y rencor comencé a correr hacia quien sabe donde, el viento sobre mi rostro me lastimaba los ojos pero no importaba, las piernas comenzaron a doler pero las ignoraba, el aire me empezó a faltar pero seguí adelante hasta mas no poder.
Cuando mi cuerpo dijo finalmente basta me detuve al parecer estaba en el mismo lugar pero era diferente, había un especie de cruce de caminos en medio de la nada; extrañado me acerque a ver si se podía leer algo en la madera pero las palabras fueron perdidas por el desgaste de la tierra y el viento hace ya mucho tiempo. Me quede un tiempo observando hacia donde podían indicar las dos direcciones, una al parecer llevaba hacia un lugar un poco mas oscuro y tormentoso el cual no pude evitar relacionarlo con el misterioso bosque donde aparecí hace un tiempo, mientras que el otro camino me dirigía hacia un lugar mas calmo y lleno de luz. Sin duda comencé a caminar hacia este ultimo destino, hacia allí por cada paso que daba me hacia sentir mas seguro, aparecía una especie de nostalgia que me acercaba a los seres queridos de mi antigua vida, me dirigía hacia una salida, a la realidad; pero también aparecían otros sentimientos mas oscuros como la amenaza de un profundo vació interior, no por falta de identidad sino, ante el riesgo de recuperarla. Por un momento fui uno mas del montón, volví a ser un número, un oficio, un simple hombre. Empecé a recuperar una parte de mi que no estaba seguro de querer recordar, ¿Acaso era solo eso? ¿Una unidad incapaz de disociar? Supe que seguir caminando solo me llevaría a la realidad, llena de dulces y amargo recuerdos como era , entonces ¿Por qué no me encuentro más en ella?. Una pequeña vocecilla en mi mente me decía que volver no haría cambiar las cosas, en este lugar se encontraba mi única chance de recuperar algo único, olvidado y perdido dentro a coste de mi pasado, de mis memorias y mi vida. ¿Estaba seguro de pagar ese precio?
Decidido comencé a correr hacia la tormenta, hacia la oscuridad y el riesgo. Mis memorias se perdían en el aire, los sentimientos se desvanecían en las arenas del tiempo y el miedo reaparecía; de un momento al otro me encontré nuevamente en al borde del río, rodeado de las bestias y oscuridad, pero esta vez era diferente. Mi mente se encontraba en blanco, firme y resuelta, el cuerpo me temblaba de impaciencia y mi piel se erizaba ante el inminente combate; era el momento de despertar finalmente.
Mi boca pronuncio de manera inconciente las runas perdida, llevándome a cerrar mi puño con fuerza. Al abrirlo encontré una pequeña llama roja brillando en mi palma, la magia era uno conmigo finalmente; dos de las bestias aprovecharon el momento de distracción para atacarme por los lados, con sus fauces abiertas su objetivo era atravesar mi carne pero chocaron contra varias espirales de agua que comenzaron a circular alrededor de mi cuerpo protegiéndome celosamente. Más enemigos se sumaron y así como se acercaron terminaron volando por los aires ante la fuerza de mi poder, mientras la flama continuaba brotando de mi mano, etérea y destructiva, se volvía lentamente mas grande incitándome a quemar todo a mi paso. Tirano de mi voluntad solté mis cadenas dejando la paciencia atrás para abrazar por completo la furia, dándole desde mí interior el combustible necesario para crecer, así mi fuego respondió al llamado duplicándose en mi otra mano ansioso por acabar con mis enemigos. La batalla fue ardua, el agua me defendía con firmeza mientras destellos brillantes llenaba la oscuridad con cada contacto con las bestias, incontables proyectiles ígneos quemaron sus cuerpos hasta las mismas cenizas; pero por cada uno que derrotaba surgían tres desde el corazón de la noche; cuando contemple la huida como opción me di cuenta finalmente quien era mi enemigo.
El cielo había cambiado durante el transcurso del combate junto con la tierra, parecía como si sus colores comenzara por desteñirse en simples grises pálidos; el lugar se estaba consumiendo en cada ataque, como si fuera absorbido mientras mas crecía mi poder. No me encontraba luchando contra criaturas, maldad o la oscuridad misma; mi verdadera batalla se libraba contra esta prisión sobrenatural. Cambiando mi estrategia me encerré en una cúpula de agua para ganar el tiempo necesario para hacer arde mi alma y acabar con todo de una vez, como leyendo mis intenciones esas bestias nacidas del odio y la negrura comenzaron a unirse formando un ser cada vez mas grande y peligroso. De gran tamaño, oscuro como el cielo y con un hacha formada con sus malvadas almas; el caballero de la muerte comenzó a atacar mi única protección desarmándola con cada golpe, en ese carrera contra el tiempo los colores el mundo desaparecían mientras la flama en mi brazo cambiaban de color expandiéndose hasta chocar contra los bordes de mi escudo. A fuerza de voluntad y antes de recibir el último ataque que acabaría conmigo, desate una terrible explosión que quebró literalmente el mundo.
- “Suficiente, súbanlo chicos”- ordeno el jefe de los matones
Siguiendo sus órdenes varios bandidos se acercaron a un gran aljibe y tiraron de una gruesa soga hasta sacar a un hombre atado y medio ahogado del fondo, este se encontraba lleno de heridas en su cuerpo y con sus ojos cerrados.
- “Así aprenderás a pagar tus deudas en termino, Douglas. Maldito bardo, ya sabes que no puede escarpar de nosotros, ahora dinos donde esta el dinero a menos que quieras otro rato de buceo forzado”- se escucho decir al jefe entre las risotadas de su secuaces
Con dificultad el hombre se desato las piernas y se levanto del suelo dejando un charco de agua detrás, caminó derecho y digno entre los presentes hasta encontrar un laúd tirado en el suelo. Completamente en calma sacó una cuerda guardada y comenzó a cambiarla por la otra faltante mientras parecía ignorar por completo la situación alrededor, cuando los bandidos comenzaron a acercase para castigarlo por su insolencia se limito a decir
- “Lo siento pero el Douglas que conocían murió allí en el pozo, él fue arrojado al aljibe por culpa de una deuda y nunca emergerá. Aquí enfrente tienen a otra persona, uno que se arriesgo a voluntad para despertar la chispa, el origen de la magia . Así que por su propia salud les recomiendo que si no tienen asuntos que atender conmigo se alejen lo mas rápido posible y en silencio sino…”- mientras observaba a los presentes con sus nuevos ojos color añil
- “¡¿Sino que…?!” respondieron los esbirros a coro mientras desenfundaban armas
- “Sino talvez disfrute compartiendo mi nuevo concierto de runas y fuego con ustedes...”
domingo, 18 de septiembre de 2011
Retazos desde el otro lado: Capitulo 1
Es curioso el alcance que puede tener una promesa y los destinos que ata ella, atraviesa generaciones obligándonos a cumplir juramentos lejanos y perdidos. Intentare trasladarlos con mis palabras a un pasado algo lejano, una época de intrigas y traiciones en la que se forjaron dos juramentos que directa e indirectamente me han llevado a este final.
Mi familia nunca ocupó un lugar de importancia junto con la monarquía terrateniente, ni en la época de mis ancestros ni ahora; como todo clan menor nuestro deber, el de la casa Lockward, era cumplir el rol de señores menores administrando pequeñas porciones de tierra y peleando las batallas de otras familias de mayor renombre.
En esos tiempos plagados de conflictos, Sir Thomas Lockward toma el lugar de líder de la familia, apresurado por la misteriosa muerte de su padre bajo la peste. El joven Thomas era hombre templado y afable para sus cortos 20 años, previsor como ninguno su primera medida fue organizar un concilio en la siguiente primavera con el Clan Rassel para presentarse oficialmente ante ellos y ganar su reconocimiento. La familia Rassel eran grandes señores del Este en ese entonces, nuestros principales mecenas y representantes ante el Rey, la iglesia y la corte. Todos y cada uno de sus hombres eran caballeros de honor y valía, pero entre ellos resaltaban dos personas: Irwin Rassel, jefe del clan y hombre virtuoso entre los virtuosos, y su tercera hija la hermosa Eva Rassel.
Ya llegada la primavera, como buen anfitrión Thomas Lockward recibió a los representantes de la familia Rassel en “las salas de la vida”, una histórica construcción dentro de los campos cenicios que se encontraba rodeada de largas hileras de antiguas columnas y pequeñas flores amarillas al aire libre. Mientras los invitados llegaban, con elegancia y calidez, una orquesta ambientaba la reunión al tiempo que se realizaban los intercambios de ofrendas y regalos correspondientes. Irwin Rassel asistió como era de esperar, y con él llevo a su hija Eva quien conocía a Thomas de niño y siempre mantuvieron una excelente relación; pero existía algo que pocos sabían, ambos jóvenes se amaban desde niños.
Thomas siempre soñó con pedir la mano de Eva pero el padre del joven intento durante años una alianza forzada con los señores del Sur armando así un matrimonio arreglado, para suerte de Thomas la guerra estallo y el tema quedo en el olvido, años mas tarde Thomas se armo de valor para enfrentarse a su padre y tras una dura disputa se impuso ante él diciendo -“Yo seré el señor de mi destino, me casare con quien quiera cuando quiera y tu lo vas a aceptar”-. Gracias al apoyo de su madre y hermano, la decisión de Thomas fue finalmente aceptada por su padre y no se volvió a hablar al respecto
Eva en cambio tuvo incontables pretendientes durante los años, atraídos por su belleza y el poder de su apellido, a los cuales había rechazado cortésmente siempre bajo la excusa de iniciarse como religiosa. Llegado el momento ya presionada por su familia y ante la inminencia de un matrimonio arreglado, Eva finalmente se traslado a un convento para iniciar una nueva vida; allí paso 7 años de servicio hasta que recibió una carta de su madre pidiéndole que deje los hábitos ya que siendo su única hija añoraba verla casada antes de morir.
Curioso era el hecho que este pedido coincidiera con el nombramiento de Thomas como representante de los Lockward y con la necesidad de formar una alianza entre ambas familias; todos ignoraban (hasta los mismos enamorados) que la madre de Eva conocía el amor que compartían los jóvenes. La Duquesa de Lorwill era su nombre y pese a la larga enfermedad que la agobiaba y su débil apariencia, debajo radicaba una astuta mujer y apasionada madre; hacia años que sabía que Eva no deseaba a otro hombre que a Thomas y que prefería vivir sola por siempre antes que compartir su vida con otro hombre; pero en ese tiempo ese amor era imposible. Pero ahora bajo las nuevas circunstancias y la cercanía de su muerte, anhelaba desde el fondo de su corazón que su hija fuera feliz con la persona que amaba.
Bajo estas condiciones se encamino la reunión, con fructíferos resultados para ambas familias. Llegado el momento de firmar el nuevo convenio reafirmando los pactos y alianzas, súbitamente interrumpe la reunión un mensajero, el mas fiel de los siervos de la duquesa de Lorwill con una nota de entrega inmediata a su esposo; Thomas observo confundido semejante interrupción, pero suponiendo la muerte de la duquesa espero respetuoso las palabras de Sir Irwin; mientras Eva, nerviosa y sin aire, esperaba la inevitable noticia de la boca de su padre, pero lo que sucedió luego nadie pudo haberlo previsto.
Pasado varios minutos en silencio, el callado jefe de la familia Rasell, quien yacía pensante y dubitativo en una esquina de la mesa, finalmente levanto los ojos y miro seriamente a Thomas, agarró el papel que estaba por firmar y que garantizaba el acuerdo entre ambos y lo rompió en pedazos. La incertidumbre y confusión teñían los rostros de los presente, Thomas se levanto de su silla indignado y cuando estuvo a punto de abrir la boca para exigir una explicación una mano con gesto de paciencia silencio por completo su voz.
-“Las palabras y promesas que juramos hoy defender no se pueden firmar con tinta en un papel, no se firmaran de esa manera”- dijo Irwin Rasell de manera firme y decidida. Eva no pudo evitar mirarlo con miedo mientras buscaba la mirada del joven Lockward quien, mas firme aun, replicó
-“Entonces parece que no soy digno de su confianza ni la de su familia, creí que Ud era un hombre de honor señor Rasell”-. La tensión en la sala era tal que se podía cortar con un cuchillo, el silencio no duro ya que la respuesta de Irwin no se hizo esperar
-“No hijo, no te has equivocado. Soy un hombre de palabra y bajo ella dicto, de manera regia, mi conducta. He dicho que nuestra alianza no se dictara sobre papel por que se hará mediante un acto, tampoco se firmara con tinta ya que se hará con sangre. He llegado a la siguiente decisión luego de analizar las palabras de mí querida esposa en la presente carta, y hemos convenido que nuestro deseo es que tomes a Eva como tu mujer, así el matrimonio de Uds. dos jóvenes será el símbolo de promesa y unión entre nuestras familias”
Esa noche hubo festejos, carcajadas y felicidad sobre todo, pero una cortina oscura se estaba por cernir sobre el futuro de Thomas y Eva
Retazos desde el otro lado: Introducción
Como dos lados de una moneda, la vida y la muerte se oponen antagónicas de manera extrema. Por momentos se nos reserva uno de sus lados, el que se encuentra descubierto, mientras el otro se oculta entre las sombras hasta el siguiente lanzamiento; momento en el cual nuevamente la vida y muerte girarán en el aire condenándonos caprichosamente al resultado.
Elegí esta analogía para comenzar recordando así a mi hermano de niño y esa costumbre que él tenia de jugar con una moneda arrojándola al aire, recuerdo que en ese tiempo se pasaba toda la tarde en la galería del castillo entre plantas y juegos, cuando finalmente se cansaba de ellos recurría a una pequeña moneda de cobre la cual hacia girar en el aire hasta caer al suelo, momento en que iba a buscarla para ver de que lado caía. Una tarde le pregunté con que razón la arrojaba todo tiempo a todo momento; el simplemente sonrió y dijo algo que jamás olvidare -“Estoy buscando que la moneda caiga de lado, para que así ni cara ni cruz se mantengan arriba”.
Hermano, hoy con tristeza confieso que el destino lanzó mi moneda y ha caído de canto.
En mis tiempos realmente disfrutaba escuchar el sonido del viento, sentirlo como el silencio nacido de mil voces acalladas comunicándose ausencia de palabras; pero ahora estoy en un lugar donde no hay brisa.
Me alegraba la tarde ver esos pequeños rayos de luz que se filtraban por los vídriales del castillo tiñéndose la pared de los colores mas magníficos y sublimes; pero hoy levanto los ojos al cielo no hay sol que brille.
Aunque nada se comparaba con aquellas mañanas en el Bosque Azulmarino, la combinación mágica de colores, los animales correteando por allí y sobretodo ese aire puro y profundo que llenaba mi pecho de frescura y liberaba la mente de cualquier preocupación, allí brotaba la vida. Pero aquí me encuentro prisionero, donde no hay aire que respirar y nada vive realmente, donde el fin solo es otro comienzo.
Mi nombre es Guillian Lockward y aquí comienza mi historia
domingo, 4 de septiembre de 2011
La Ciudad de los Ángeles Caídos: Capitulo 3
Pero ahora debía alejarse, por el bien de ella. No podía involucrarla, así que esforzándose por contener las lágrimas en sus ojos James Gordon Brown finalmente se alejo del departamento sabiendo que no podría cumplir su promesa ni la volvería a ver, cerro la puerta con llave y susurró un simple y melancólico –“Adiós”
jueves, 5 de mayo de 2011
La ultima estrella del cielo
La noche, oscura como boca de lobo, amenazaba con engullir toda esperanza de volver a mi hogar junto a mi familia, mis pies torpes tropezaban una y otra vez con rocas y se enredaba con la maleza del maldito bosque. La cacería diurna había nublado mi sentido del tiempo extendiéndose más de lo previsto, las astutas fieras llevaron la persecución hasta el límite pero finalmente di con ellas terminando con sus vidas, ahora mi familia y el ganado se encontrara a salvo de cualquier ataque de coyotes almenos hasta la próxima estación. Inmediatamente luego de comprobar que mis flechas habían finalmente terminado con las fieras, emprendí mí vuelta a casa pero el camino había cambiado durante este tiempo lejos, ahora que se encontraba bañado en sombras y se había vuelto hostil impidiéndome encontrar el camino que me llevaría lejos de ese bosque mortecino. Luego de horas de caminata ya comenzaba a resignarme cuando algo extraño sucedió, me encontraba recostado sobre un tronco grueso y antiguo, seguramente este vio nacer a mis tatarabuelos y vera crecer a mis hijos, con los ojos clavados en la negrura infinita que albergaba ese desesperanzado cielo me encontraba tratando de perder poco a poco la conciencia y acallar mi perturbada mente cuando súbitamente el cielo se ilumino. Las nubes desaparecieron de un instante a otro dejando miles delgados hilos blancos que bañaban la noche de esperanza, caían sin recado perdiéndose entre las tupidas hojas: mi corazón de repente se sintió lleno de energía como si estuviera siendo llamado por esas estrellas y sin pensarlo comencé a perseguir ese efímero espejismo
Mis tobillos y piernas sangraban de tanto correr, a cada instante temía que la oscuridad vuelva y me entierre nuevamente bajo una depresión total pero la magnifica imagen sobre el cielo seguía presente en mi cabeza y me encontraba completamente decidido a encontrar el destino de los astros caídos. A pesar de mi nueva lucidez de tanto correr perdí parcialmente la noción del tiempo en la inmensidad del bosque, no puedo asegurar cuanto fue minutos, horas o talvez noches enteras pero sentí el pasar de una vida entre tanta corrida. Cuando mis hueso se quebraron y el aire se volvió tan denso que me dejo tendido en el suelo gimiendo de dolor, una haz blanquecino baño mi cuerpo restaurando parte de mi vida; una hermosa mujer de cabellos claros tantos como los primeros rayos del alba se encontraba ante mi, su cuerpo bañado por un vestido blanco de seda y sus ojos azules como el mar mas puro le daban la apariencia de una diosa caída del cielo. Sus carnosos labios se abrieron lentamente e intentaron tímidamente emitir palabra- “Podrías ayudarme, me encuentro perdida” susurro una voz dulce y melódica que ocultaba miedo, sin palabras solo pude mover mi cabeza de arriba abajo. Sus ojos se abrieron de par en par y señalando el cielo continuo –“Debo volver a allá arriba, con mis hermanas pero una malvada bruja nos castigo alejándonos unas de otras. Debo volver al firmamento, mi luz debe guiar a un valiente héroe a su destino y sin mi él no podrá restaurar el balance. Noble joven, ¿ Ud me ayudaría a retomar mi camino?”
- “Señora mía, mi vida esta en sus manos. Disponga de ella como os plazca” respondí pero esas palabras no era mías, nunca las hubiera dicho pero su calor y luz me hacían sentir que podía ser mas de lo que era; que había un mundo mas allá por ser explorado. Me hacian sentir especial
- “Tus palabras me asombran y me entristecen a la vez, no deseo mártires sino compañeros. Solo bajo esa condición aceptare su compañía, esta dispuesto joven..”
- “Sebastián... ese es mi nombre”
Esa noche mi gran aventura comenzó