El mundo como lo conocemos es el resultado de un complejo entretejido de destinos y voluntades, a veces a la vista otras veces oculto. Por ello conocer la verdad sobre un hecho nos garantiza vislumbrar una pequeña génesis de nuestro presente, hoy compartiré con Ud uno de los origenes que influyeron de una u otra manera en nuestra actualidad, esta historia sera una introduccion a a una etapa caracterizada por guerras e intrigas, mejor conocida como “Crónicas de Viento y Sombra“
Una templada madrugada de otoño aun anterior al marchitar de las hojas, la vida de un inocente se perdía para siempre. En la capital del imperio de Arcadius se celebraba el tercer día de un concilio que involucraba a las mas importante naciones de Ivalice, la historia toma escenario en el mismo castillo real de la familia Albatros, regentes de Arcadius. La luna se encontraba en su punto culmine cuando el viejo Willburt, el consejero real, apago un grito. Se acercaba a la habitación del joven príncipe para administrarle sus medicinas como era costumbre cuando encontró la habitación vacía; desesperado y confundido estuvo a punto de recurrir a su majestad cuando finalmente se dio cuenta que en el marco de la fraternidad y paz que intentaba fomentar el concilio entre naciones, caer con tal trágica noticia podía terminar en guerra y sangre. –“No aun, debo encontrarlo por mis propios medios” se dijo para si, pero en verdad necesitaba ayuda y pronto.
Jedediah Nigel, el más fiel de los caballeros del Rey Mordath Albatros, fue despertado pasada la media noche por algo que se movía dentro de su oscura habitación; preparado para actuar, sacó lentamente una daga de su almohada mientras cuidaba de seguir pareciendo dormido. Llegado el momento súbitamente tiró su sabana sobre esa sombra asechadora y salto sobre él cual depredador
“Juro por mi rey que si te mueves, siquiera respiras, acabare contigo demonio. Así que si tienes lengua y te importa tu sucia vida, habla ahora” dijo con ese frió tono capaz de hacer temblar al mas fiero de los guerreros
-“Señor Jade, lo siento, no me haga daño soy yo, Willburt”- se escucho débilmente debajo de las telas, armándose de valor continuo diciendo -“Necesito hablar con Ud, es de extrema urgencia”
Jade se alejo dándole espacio para que el consejero se incorpore pero este parecía estar involucrado en una fiera pelea con las sabanas que parecían decididas a no dejarlo ir, para cuando finalmente el rostro del viejo emergió de las telas, Jade había prendido una lámpara de aceite y lo esperaba sentado a los pies de la cama.
Antes que el caballero pudiera preguntar que razón trajo al viejo consejero a irrumpir en su habitación en medio de la noche, el exaltado Willburt le comunico todo tan rápidamente que Jade se tuve que tomar unos minutos para armar la historia en su cabeza
- “¿Dices que ibas ver al príncipe Eduard para administrar sus medicinas, cuando notaste que no se encontraba en su habitación? Eso es natural, estuve presente cuando Su Majestad sugirió cambiar habitaciones a ambos hermanos, adjudicando que la ventana del dormitorio de León daba al patio y desde allí Eduard podría ver las justas que se realizaran mañana. Mientras tanto León se quedará en los aposentos que pertenecían al señor Deverius. Seguramente olvidaron informarte” respondió con total naturalidad mientras con un bostezo intentaba recuperar algo del sueño perdido.
-“Pero Señor Jade, Su majestad sabe que día y noche me encargo de administrarle al joven Eduard su medicina, si le llegara a faltar no se que seria de su vida; ya suficiente carga es verlo todo el día en la cama al pobre ángel. Por favor, acompáñeme para corroborar lo que me contó… No es que desconfié de Ud... No, no, solo que, bueno, ¿No le molestaría acompañarme por favor?”- Preguntó con una cara inocente y lastimosa cual niño en dificultades. Jade, pese al sueño que comenzaba a volver amenazándolo con desaparecer y desvelarlo toda la noche, no pudo negarse a la petición.
Escaleras arriba, Jade ya vestido con su uniforme y Willburt, aun con su gorrito de dormir, llevando una vela en la mano avanzaban por los pasillos superiores del castillo en silencio. Al cabo de unos minutos dieron con la sala donde años atrás habitaba el Señor Deverius (Padre del actual rey), allí había un subordinado sobre la puerta dormitando en una silla; Jade, algo enojado ante tal falta de responsabilidad, termino por golpearle una de las patas de la silla dejando al soldado tumbado de cabeza en el suelo, el pobre apenas pudo ponerse en pie y desenvainar su espada cuando se dio cuenta que se encontraba en problemas.
-“Estupido soldado, ¿acaso la vida de tu señor vale una siesta? Si yo fuera un enemigo ya estarías muerto… varias veces..., pero sucede que soy tu superior y créeme, desearas estar muerto cuando esto termine”- Imponiéndose así con ese mirar fiero y desafiante reservados solo para sus enemigos continuo -“Tu turno ha terminado, ve a buscar al siguiente guardia. Mañana personalmente me encargare de ti”. Willburt miro como se alejaba el pobre soldado con gran lastima, la familia Nigel poseía un carácter fuerte y temerario una vez desatado y Jedediah no era la excepción, muchos preferirían cruzarse con un demonio de la noche antes que con un Nigel enojado. Con cuidado el consejero abrió levemente la puerta acercando la flama de la vela, el leve resplandor alcanzo delicadamente el rostro de León quien dormía placidamente en la alcoba. Una vez el soldado que haría siguiente turno llegó, la pareja continuo su camino sin problemas hacia la nueva habitación del príncipe Eduard. A simple viste, había algo extraño; Jade desenvaino su espada y avanzo lentamente apoyando su espala en la pared. Willburt no entendía nada pero intento copiar esos movimientos, lo que el consejero ignoraba y el sentido del caballero había percibido era que no solo no había ningún guardia cuidando la habitación del príncipe sino que la puerta se encontraba levemente abierta, ya en el marco de la puerta y con el mayor de los sigilos Jade le indico con un gesto al consejero que espere afuera y se adentro en silencio entre las sombras. Al instante volvió, tomo bruscamente la vela de su acompañante y prendió una lámpara de adentro de la habitación; la luz emanaba les presentó una habitación completamente revuelta y un príncipe faltante.
Hoy nos encontramos aquí en esta pequeña sala, alumbrada por velas y rodeada de miles de botellas rescatadas de entre los 7 mares, cada una atesorando un cuento único. Por siglos, bajo la mirada de la luna y el abrigo del mar han sido celosamente guardados, tomados por perdidos y olvidados; pero a pesar de lo que se cree nunca vagaron sin rumbo ya que están atados por hilos invisibles que unen un gran hecho a buen oyente.Ahora estas aquí, déjame agasajarte con una historia, estas listo?
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Brillante!!!!atrapa por lo que quedo a la espera del próximo capítulo amigo!!!
ResponderEliminarsaludos
Lady Selunne